Reciprocidad

Reciprocidad. Dar puede ser gratificante, sin embargo, dar y no recibir puede resultar en una experiencia poco agradable, por ello en este artículo vamos a tratar la reciprocidad.
Desde las antiguas civilizaciones la reciprocidad es parte esencial de las relaciones interpersonales. A través de este proceso se llegaban desde acuerdos de paz hasta acuerdos de matrimonios.
En las culturas orientales es muy arraigado este concepto, en donde la creencia es que lo que hacemos tiene una contrapartida inmediata o en el futuro en lo que recibimos, algo que ellos llaman: “Karma”.
Incluso la tercera ley de newton nos recuerda la reciprocidad, esta ley nos habla de que toda acción ejercida se devuelve con la misma intensidad.
Tabla de contenidos
¿Qué es la reciprocidad?
La rae lo define como: “Igual en la correspondencia de uno a otro”. También señala en recíproco: “Dispuesto a corresponder del mismo modo a un determinado comportamiento ajeno”.
Entonces podemos decir que la reciprocidad es la correspondencia mutua de una persona o cosa con otra. En otras palabras, la reciprocidad es aquello que se hace como devolución, compensación o restitución.
Tipos de reciprocidad
El antropólogo Marshall Sahlins identificó tres tipos de reciprocidad:
- Reciprocidad generalizada: Son las acciones que llamamos altruistas, son acciones en donde no se espera una retribución a corto plazo, incluso puede no ser retribuida. Este tipo de reciprocidad es común entre familiares y personas altruistas.
- Reciprocidad: Son las acciones basadas en una igualdad determinada y expectativas de retribución a corto plazo y de manera directa. Este tipo de reciprocidad es la ejemplificada en la antigüedad con los acuerdos de matrimonios.
- Reciprocidad negativa: Es el tipo de acciones en las cuales la prioridad es obtener el máximo beneficio a expensas de la otra persona.
Es probable que tengas la sensación de que das más de lo que recibes y al final estas constantemente evaluando que tanto te están devolviendo.
O tienes la sensación de que tus esfuerzos no son recompensados o que no son recompensados en el mismo nivel de tus esfuerzos.
¿Cómo saber si estás dando demasiado?
- Te sientes agotado/a emocionalmente.
- Te sientes triste.
- Te sientes incomprendida.
- Te sientes desilusionada.
- Te sientes menospreciada.
- Te sientes frustrada.
- Te sientes desesperanzada.
¿Qué lleva a dar más?
Ofrecer o dar más de lo que recibimos esta asociado con estas 3 necesidades.
- Baja autoestima: Al creer que merecemos poco cuando alguien nos ofrece un regalo, un cumplido o tiene algún comportamiento agradable, sentimos la necesidad de compensar esa acción y nos extralimitamos en dar.
- Necesidad de aprobación: Al igual que con el autoestima, nuestras creencias nos movilizan a pensar que debemos hacer grandes recompensaciones a los demás para que nos aprueben como miembros de su red social.
- Necesidad de valoración: La necesidad de sentirnos valorados por los demás nos lleva a recompensar de manera desmedida los intercambios.
- Sentimientos de culpa: Es la parte negativa de la ley de reciprocidad, nuestras creencias nos llevan a aflorar los sentimientos de culpa y terminamos dando más de lo que hemos recibido. O nuestras creencias nos llevan a dar más por sentimientos de culpa por algo que creemos hicimos mal.
4 claves para mejorar la reciprocidad
Para romper con la parte negativa de la ley de reciprocidad es preciso tener en cuenta:
- Mejorar autoestima: Valorarnos y respetarnos. Hacernos conscientes de lo que merecemos. Cuando nos damos amor a nosotros mismos enviamos un mensaje a los demás de cómo deben tratarnos.
- Ser asertivo: Utilizar la asertividad para saber decir que no, ni aceptar todo aquello que no nos interesa realmente. Si quieres conocer más sobre la asertividad te sugiero los siguientes artículos: La asertividad en la familia, La asertividad en el trabajo.
- Manejar la culpabilidad: Romper con el sentimiento de culpabilidad que genera la obligación de corresponder a un cumplido, un favor o atención de manera desmesurada.
- Practicar el egoísmo sano: Hacernos conscientes de nuestra prioridad de bienestar y dejar de ayudar a los demás antes que a nosotros mismos. Más información en el artículo: Egoísmo sano.
En toda relación hay dos roles, si eres de los que recibe más de lo que das, recuerda que la gratitud es también un pilar fundamental en las buenas relaciones interpersonales.
Practica la gratitud, veras que tus relaciones interpersonales serán más positivas y te estarás más en sintonía con las personas que hacen esfuerzos por mejorar tu bienestar.
¡Empieza con una sonrisa!
Este tema fue sugerido por una seguidora de la página.
Espero que la información anterior te ayude a mejorar tu vida, tu bienestar emocional y que comprendas en solo de ti depende el éxito de tus relaciones.
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