Estaré eternamente agradecida con Paola porque me ayudó en un momento de mi vida en el que necesitaba ser escuchada, no juzgada y sí orientada. Sentía miedo vergüenza y desesperación, sentimientos que gracias a su apoyo pude manejar entender y sobrellevar. No sólo fue cuestión de desahogo sino de verdadera ayuda.